jueves, 2 de mayo de 2013

EL CUESTIONARIO


Obra del pintor medieval Jean Miélot


El pasado 31 de marzo recibí un e-mail de una mujer vinculada a una universidad Suiza de la que nunca había oído hablar. Me contaba que estaba escribiendo una tesis doctoral sobre la obra de Enrique Vila-Matas y, al ver que mi blog Hotel junto a la vía aparecía en la lista de blogs que el escritor visita, me hacía llegar un cuestionario, absolutamente anónimo, para comparar sus sentimientos hacia la obra de Vila-Matas con los de otros lectores vilamatianos. Me agradecía mi colaboración por anticipado y me decía que mis respuestas le serían de gran ayuda. También comentaba que redactar esas respuestas no me tomaría más de cinco minutos. Descargué el archivo y, tras leerlo con atención, llegué a la conclusión de que el cuestionario era sencillo pero yo soy demasiado complicado (Y no en ese sentido en el que la complejidad y la inteligencia van de la mano, sino en el sentido en que todo lo dificulto sin tener el menor motivo para ello). Tardé varios días en responder aquel cuestionario. Cuando lo miraba, con aquellas casillas en blanco esperando a ser rellenadas, mis dedos se agarrotaban sobre el teclado. Y se agarrotaban más y más cuando pensaba que aquello debería ser contestado en cinco minutos. Imaginaba que los cinco minutos se me echaban encima, que me aplastaban antes de que pudiese responder siquiera a la primera pregunta del cuestionario.  Los imaginaba sobre mí, los cinco minutos sobrevolando mi cabeza como cinco buitres hambrientos. 
Hasta que una noche de insomnio, una de esas noches en que  debido a la imposibilidad de conciliar el sueño uno podría hacer cualquier locura, decidí no demorarlo más y respondí a las preguntas. Hacerlo me llevó cuatro minutos y medio. Lo hice lo más rápido que pude. Lo hice imaginando que los cinco minutos caerían sobre mí en cualquier momento, que me aplastarían sin remedio.Pero no fue así. Lo hice en cuatro minutos y medio y haciéndolo descubrí que de la lista de 35 libros de Vila-Matas que allí se presentaba, yo había leído 17. Descubrí que leí mi primer libro de Vila-Matas en el año 1996. Descubrí que aquel primer libro fue Historia abreviada de la literatura portátil. Descubrí que comencé a leerlo porque el título llamó vivamente mi atención y me pareció un libro raro. Descubrí que de la obra de Vila-Matas me gusta su mezcla de géneros, su temática metaliteraria, su utilización de la autoficción, su estética del no, su intertextualidad, su uso de motivos excéntricos, su ruptura de las expectativas de lectura. Descubrí muchas otras cosas que tardaría mucho tiempo en enumerar.
Ahora me alegro de la aparición de ese e-mail, de ese cuestionario, de esas respuestas nocturnas que han iluminado un poco más mi relación con los libros de un escritor al que admiro y que un día decidió incluir mi blog en esa lista suya de blogs, haciendo que gente de muy diferentes lugares -como la mujer que me escribió ese e-mail desde Suiza- vaya a parar de vez en cuando a mi atolondrada bitácora.