miércoles, 26 de septiembre de 2012

UN HOTEL DENTRO DE OTRO HOTEL


La fotografía que precede a estas líneas fue realizada por mí el pasado verano. Se trata de un hotel en el que pasé tres días del mes de agosto. La ciudad en la que está situado ese hotel carece de importancia. Lo relevante es el hecho de que el tiempo que pasé en el interior de ese hotel creí estar en otro hotel, un hotel en el que me hospedé hace seis años en otro país. Me iba a dormir cada noche con la sensación de estar en ese otro hotel y por la mañana me levantaba con esa misma y angustiosa sensación. Todo en el hotel de este verano me recordaba al de hace seis años. Las cortinas, las mesitas de noche, las lámparas, la cama, la moqueta, el cuarto de baño, con su ducha, su lavabo, sus dos focos plateados sobre un espejo de marco de nácar. Todo, todo me parecía exactamente igual. Llegué a pensar que podría haber en el mundo dos hoteles iguales, exactos, aunque en diferentes países, y que diese la casualidad de que me hubieran asignado la misma habitación en esas dos ocasiones. Pero pregunté al personal de hotel sobre ello y lo negaron una y otra vez mientras me observaban como se observa a un borracho taciturno o a una rata. Así que al tercer día abandoné el hotel. Busqué un hotelucho de mala muerte y me sentí como en casa. Pasé diez días más en la ciudad. Cada día, para ir al centro, debía pasar ante el hotel en el que esa extraña sensación de duplicidad me había asaltado. Un día le hice esa foto. Hay algo extraño en ella. No sé lo que es. La he observado durante horas y sé que hay algo, algo realmente extraño, pero no logro descubrir de qué se trata. Durante mi estancia en ese hotel también realicé fotos de la habitación. Hice cincuenta y siete fotos de los objetos y su espacio. Ahora me veo en la obligación de viajar al país en el que se encuentra el hotel en el que estuve hospedado hace seis años y, con todas esas fotos, comprobar si existen esos dos hoteles iguales, exactos, que parecen perseguirme. Hoy he sacado el billete de avión. Mañana sale el vuelo. Lo confieso: estoy nervioso y asustado. Tal vez no regrese nunca de este viaje. Tal vez yo sea parte de un hotel dentro de otro hotel.

3 comentarios:

39escalones dijo...

Es curioso; a un amigo mío, según me contaba el otro día, le pasó algo parecido en un avión: tomó uno de Ryanair y, en efecto, le parecía estar volando, no hace seis, sino sesenta años atrás...
Saludos

Álex Nortub dijo...

Son cosas que pasan en las mejores familias.

carmen dijo...

Impaciente por saber si existe ese otro Hotel.
Saludicos