martes, 9 de octubre de 2012

HOTEL SIN HUESPEDES


Viajé hasta el supuesto hotel gemelo y no encontré nada. Ruinas, eso fue lo que hallé. El lugar en obras. Tierra, polvo, ladrillos. El lugar desnudo. Nada. Viajé hasta allí para nada. Y fotografíe esa nada. Y pregunté a los obreros que allí se encontraban sobre el hotel que hace años había en ese lugar. Y respondieron que no sabían nada. Nada de nada. Que ellos estaban allí trabajando, nada más, que le preguntase al capataz. Y le pregunté, claro que le pregunté. Pero me contestó lo mismo mientras me enseñaba sus dientes amarillos, dijo que no sabía nada. Y añadió además que me fuese por donde había venido. Fue entonces cuando fotografíe esa nada y me alejé de allí sin saber nada, aturdido, mareado al pensar que quizá la locura me había llevado hasta allí. Y poco más, nada más. Los hoteles del mundo son nidos de demencia, me dije a continuación. Prefiero regresar a casa, me dije después. Me voy, apuntillé. Y ahora escribo esto desde el hogar y desde la única habitación en la que me siento seguro, individual, con semblante azulado, persiguiendo estas palabras que otra vez corren sin darme tiempo a pensarlas.

4 comentarios:

39escalones dijo...

No cabe duda; ese hotel gemelo está en el litoral español. Aventuro un nombre: El Algarrobico...
Saludos

´´ dijo...

A ti que te gusta el Blues te dejo un vídeo de Lolo Ortega con Amador, ahora saca un disco :

http://www.youtube.com/watch?v=mi4ExwTsCdU

Calidad.

g dijo...

Quizá porque sean nidos de locura y tú necesitas de tu propio espacio, porque la tuya es particular e intransferible, se te den bien los hoteles… pasadas unas horas y con la luz apropiada.

Álex Nortub dijo...

Los hoteles los carga el diablo.