Me doy miedo. Lo sé, es una frase triste. Darse
miedo a uno mismo no puede ser bueno. Me doy miedo y no puedo esconderme. Lo
intento. A veces intento esconderme en un bar o en algún descampado a las
afueras, dentro de mi coche. Pero no se puede huir del miedo que te produces a
ti mismo. Hay que enfrentarse a él. Eso es lo que dicen. Pero dicen tantas
tonterías. Debo enfrentarme al miedo que me produzco, al miedo que se
reproduce. Debo enfrentarme al miedo que me tengo cuando escribo. Escribo y no
sé si lo hago por miedo o para huir del miedo. Me doy miedo escribiendo. Eso lo
sé. Me doy miedo escribiendo pero no puedo dejar de hacerlo. Me da miedo pensar
en dejar de escribir. Y me das miedo tú, que lees lo que escribo sobre el
miedo. Pero también me da miedo que mis palabras te den miedo. Me da miedo que
lo que escribo te aterre. Me da miedo que quieras dejar de leerme. Me da miedo
tu miedo, aunque no me da tanto miedo como para dejar de escribir sobre ello. Lo
puedo sobrellevar, me digo. Me miento y me digo que sólo son palabras, un
montón de signos inofensivos. Pero he de reconocer que también las palabras me
dan miedo. Así, todas juntas. Las palabras como una multitud que camina sin
rumbo. Palabras que al caminar construyen frases que no dejan de perseguirme.
Se me aparecen en sueños. Se esconden bajo la almohada. Me dan miedo, todas
esas frases que se me ocurren en la cama, a oscuras. Me da miedo encender la
luz y escribirlas. Me da miedo verlas sobre una superficie blanca. Me da miedo
reconocerme en ellas. Me da miedo reconocerte en ellas. Me da miedo que puedas
llegar a leerlas. Continúo a oscuras, intentando zafarme de todas esas frases
que no me dejan dormir. Me da miedo dormirme en mitad de una frase. Me dan
miedo los puntos y las comas. Me dan miedo las frases inacabadas. Me dan miedo
las frases aplazadas, que se retuercen dentro de mi cabeza. Las frases
truncadas. Las frases cercenadas, seccionadas, como rebanadas de pan duro a las
que ya nunca podrás hincar el diente. Me da miedo dañar tu dentadura lectora. Creerme
tan importante como para hacerte daño, también eso me da miedo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario