lunes, 23 de marzo de 2020

ME QUEDARÉ EN LA CAMA (Cuaderno del confinamiento / 1)



Henri Matisse


Me quedaré en la cama hasta que la pandemia pase de largo.
Solo me levantaré para comer y hacer mis necesidades más básicas.
Tal vez me asome cada día un par de veces a la ventana,
por aquello de confirmar que la realidad sigue en su sitio.
Pero el resto del tiempo me quedaré en la cama.
Me quedaré en la cama mientras veo cómo se tambalea el sistema capitalista,
mientras veo cómo una catástrofe sanitaria a nivel mundial resquebraja el caparazón de nuestra amada y productiva sociedad.
Me quedaré en la cama y me convertiré en un ente encamado, en un fantasma yacente que espera, con infinita ingenuidad, el nacimiento de un nuevo sistema.
Me quedaré tendido en mi propia tumba, como un vampiro sin colmillos, ni hambre.
Me quedaré en la cama leyendo, dibujando, viendo películas de hace un millón de años.
Me quedaré en la cama soñando que las sábanas son montañas sagradas,
y la luz, que entra por la ventana, será el único testigo de mi sueño.
Me quedaré en la cama mirando las constelaciones de humedad del techo de mi dormitorio, 
y allí veré tus ojos leyendo esto.
Me quedaré en la cama y buscaré cosas y cosas y más cosas en Google.
Me quedaré en la cama día y noche, semana tras semana.
Me quedaré en la cama,
el tiempo que sea necesario,
y algo más.


Mark Twain


Nina Simone


Vladimir Navokob


Ernest Hemingway


Juan Carlos Onetti


Salvador Dalí


Paul Bowles


Bob Dylan


Henri Matisse


Andy Warhol


Frida Kalho


Elvis Presley


Michel Houllebecq


Slavoj Zizek


Lucia Berlin


miércoles, 24 de febrero de 2016

PINTURA DE AYER (1): Martinus Rørbye



Me gustan los ruinosos paisajes del pintor Martinus Rorbye. Sus hombres en ruinas, las ruinas de sus cuerpos haciendo juego con los edificios en ruinas, con las ruinas del cielo. 
Sugiriendo también, de alguna manera, la ruina en nuestra mirada.
















miércoles, 30 de septiembre de 2015

MANUAL DE RULETA RUSA (Una entrevista a Pablo Gallo)


Recientemente he entrevistado por e-mail al dibujante y pintor Pablo Gallo con motivo de la presentación en Barcelona de su libro Manual de ruleta rusa (Aristas Martínez, 2015), que tendrá lugar en la librería Laie del CCCB este viernes 2 de octubre a las 19 h, en compañía de Laura Fernández y de Colectivo Juan de Madre. Cita a la que no faltaría aunque me rompiesen las piernas.

¿Cómo empieza uno a hacer un Manual de ruleta rusa?
Todo empezó cuando me pregunté por el origen del término, y eso sucedió mientras veía en Youtube un vídeo de un concierto de Pascal Comelade en el que tocaba un tema titulado Russian roulette. Si aquel día me hubiese preguntado por el origen del término Montaña rusa o del término Ensaladilla rusa, habría salido un libro muy diferente. Y no descarto hacer una trilogía rusa utilizando también esos términos, y desarrollar así un Manual de montaña rusa y un Manual de ensaladilla rusa. Sería una trilogía maldita, claro. 

En tus diferentes proyectos -exposiciones de pintura, libros ilustrados, performance- siempre está presente la literatura. Y en la contraportada y en el prólogo de Grace Morales se menciona tu debut como escritor.  
Bueno, yo no me considero escritor, pero escribo y es algo que necesito hacer desde que era adolescente. Aunque lo que había escrito hasta el momento tenía que más ver con lo cotidiano unido al dibujo y la pintura, textos breves que colgaba en mi blog, una especie de diario. Cuando empecé con este libro, le propuse a Esther García Llovet –con quien tengo amistad y a quien admiro como escritora- que se ocupase de los textos. En un principio le gustó la idea y dijo que sí. Pero después de pasar algún tiempo hablando sobre ello, terminó diciéndome que le parecía que yo lo tenía todo muy claro y que debía lanzarme a escribirlo, y eso fue determinante.




¿Qué tienen para ti en común el dibujo y la escritura?
Construyendo este libro me di cuenta de que escribo de la misma manera que dibujo o pinto: Una idea me obsesiona y la persigo hasta que esa obsesión se diluye en lo que hago. Pintando siempre trabajo en serie. Este libro podría ser también el catálogo de una exposición. Para mí dibujar o escribir son en gran parte como juegos de azar, en los que siempre tengo la sensación de que hay algo que se me escapa, ciertas cosas que no puedo controlar. Y, dibujando o escribiendo durante largo tiempo, me fascina el estado de trance en el que puedo llegar a caer. A veces me sorprendo creyendo incluso haber desaparecido durante un par de horas. Pero, por otro lado, escribiendo siento cierta inseguridad y dibujando no, dibujando es todo lo contrario, hasta me atrevo a hacerlo a ciegas.

Además de la literatura, también están muy presentes en el libro la música y el cine.
Claro, puede uno encontrar muy diferentes referencias a la ruleta rusa en la música o en el cine, y de eso trata uno de los capítulos, hago una selección de esas referencias y al mismo tiempo hago una especie de homenaje a personajes un tanto olvidados. A veces tengo la sensación de que el libro fue construyéndose solo, porque lo veo como una especie de laberinto de referencias y citas que me resulta imposible visualizar en su conjunto.




Y tratándose de la ruleta rusa, también el suicidio tiene un gran peso. ¿Te obsesiona la muerte?
Me temo que a todos, a partir de cierta edad y en mayor o menor medida, nos obsesiona la muerte. La muerte siempre está ahí, esperándonos a la vuelta de la esquina. Y la muerte es uno de los grandes temas de la Historia del Arte y de la literatura. Pero me atrevería a decir que la muerte me obsesiona para bien. Pensar en la muerte me da ganas de hacer cosas. Me parece saludable tratar el tema de la muerte y, desde ahí, celebrar la vida. El pintor Francis Bacon dijo una vez en una entrevista: Si la vida te estimula, debe estimularte, como una sombra, su opuesto, la muerte.

Mezclas además el ensayo, la biografía o la ficción con ilustraciones de diferentes estilos… ¿Cómo diste con el tono?
Creo que fue el tono quien dio conmigo. Como he comentado, empecé por el origen del término ruleta rusa y, tirando del hilo, fueron apareciendo anécdotas inesperadas que empezaron a tejer una gran tela de araña, en forma de collage y con una especie de trama subterránea, como le gustaba a David Markson, escritor que de alguna manera me influyó a la hora de pensar en cómo construir el libro, aunque al final tampoco creo que tenga tanto que ver. Y además siempre tengo presentes a dos escritores que también dibujaban, se trata de William Blake y de Bruno Schulz. Y siempre digo que me siento muy bien en ese lugar fronterizo, entre el trazo y la palabra. Es como encontrar un lugar en el que nadie te molesta y en el que haces un poco lo que te da la gana, como ese bar especial que conoce poca gente y en el que puedes beber tranquilo mientras hablas con el camarero.


domingo, 13 de septiembre de 2015

SUCEDIÓ ESTE VERANO

Pintura de Ana Barriga


Sucedió este verano. Eran las cinco de la madrugada cuando Sira me despertó de un codazo mientras susurraba con insistencia Hay alguien en la habitación. Abrí los ojos y pude ver en la penumbra la silueta de una persona que se dirigía hacia la puerta. Un instante después, escuchamos como se abría y como se cerraba y como los pasos de aquella persona se perdían por el pasillo del hotel. Ni siquiera nos levantamos. Le dije a Sira que se trataría de alguien que se había equivocado de habitación y, simulando despreocupación, di media vuelta e intenté seguir durmiendo. Me costó cerca de una hora conciliar de nuevo el sueño, notaba el cuerpo de Sira pegado al mío y su agitado pecho al respirar, y la verdad es que aquella silueta no se me iba de la cabeza. Por la mañana le comentamos lo sucedido al recepcionista. Se encogió de hombros y nos dijo lo mismo que yo le había dicho a Sira, que alguien que se habría equivocado de habitación. Después añadió, con indiferencia, que había llaves que podían abrir diferentes cerraduras, que el hotel era muy antiguo, y que había cosas que seguían igual que hace mil años. Mientras nos hablaba, imaginé a ese hombre de rostro enjuto plantado ante nuestra cama en plena noche, mirándonos con sus ojos muy abiertos, abiertos como enormes puertas circulares que llevasen a enormes habitaciones circulares situadas en su cerebro. También imaginé a gente pagando elevadas sumas de dinero por ver a otra gente dormir, personas que sufrieran de insomnio y que necesitasen observar a otras personas durmiendo, soñando, plácidamente, sin temer ni por un momento que los ojos de los demás les pudiesen estar observando en lo más profundo de la noche.

jueves, 23 de julio de 2015

MI GRAN MESITA DE NOCHE / 18 (o cómo atravesar un verano ardiente sin ser visto)


Antonio Saura: Por sí mismo (Lunwerg)

Miguel Serrano Larraz: Autopsia (Candaya)

Alan Moore: Ángeles fósiles (La Felguera)

Aixa de la Cruz: Modelos animales (Salto de página)

Edouard Leve: Suicidio (451 editores)

Jorge Carrión: Los turistas (Galaxia Gutenberg)

Pablo Gallo: Manual de ruleta rusa (Aristas Martínez)

Enrique Vila-Matas: Kassel no invita a la lógica (Seix Barral)

Lara Moreno: Por si se va la luz (Lumen)

martes, 28 de abril de 2015

PINTURA DE HOY (1): BLANCA GRACIA

GUERRILLERAS




BATALLA




LOS IMPOSTORES



EXPEDICIONARIO




AVIONETA




MENSAJERO




FRENTE DEL CUBISMO ARMADO




EXTINCIÓN HUMANA VOLUNTARIA




FORAJIDOS




BLANCA GRACIA (Madrid, 1989)