viernes, 21 de diciembre de 2012

CINEMASCOPE



He vuelto a soñar en cinemascope.
Me pregunto
cuál será el significado
de esa estrechez de miras
en algunos de mis sueños.






lunes, 17 de diciembre de 2012

FRAGMENTOS LITERARIOS (1)

Fotografía de Daniel Canogar

"Cada vez leen menos libros y más pantallas de computadoras y no pueden evitar la excusa de sentirse parte importante de algo por poseer uno de esos rincones limpios y bien iluminados en la Internet. La estúpida blasfemia de no leer pero querer escribir o soñar con que alguien los ponga por escrito."

Rodrigo Fresán, La velocidad de las cosas (Mondadori, 2002)


jueves, 29 de noviembre de 2012

FRUTAS, LIBROS Y BUENAS VIBRACIONES

Pintura de Juan Sánchez Cotán

La semana pasada entré en el Mercat de l´Abaceria, situado en mitad del barcelonés barrio de Gracia. No pensaba comprar nada, tan solo tenía intención de pasear entre los diferentes puestos. Hacía años que no lo visitaba y me apeteció perderme un rato por sus pasillos. Los mercados siempre me han resultado misteriosos. Son como laberintos. Visito siempre los mercados de las ciudades a las que viajo. Casi nunca compro nada, pero me alivia comprobar que la gente sigue perdiéndose en los mercados. En un momento del paseo llamó mi atención el letrero de un puesto. Podía leerse “Frutas selectas” pero allí no había fruta alguna. Lo que en verdad vendían eran libros. Se trataba de ejemplares de segunda mano. Nada selecto en realidad. La mayoría eran infumables. Pero rebuscando entre enciclopedias y noveluchas históricas hallé un libro que despertó en gran medida mi curiosidad. Se trata de un ejemplar sobre el pintor barroco Juan Sánchez Cotán. Creo que es una joya y su precio era irrisorio. Sonreí al dar media vuelta y alejarme de allí. Poco después, ya en otro puesto y sintiéndome envalentonado, me compré un chorizo. Salí del mercado con un libro maravilloso y masticando un trozo de embutido. Por un momento me sentí el hombre más feliz del mundo.


jueves, 15 de noviembre de 2012

EL SUEÑO DE LA ESCRITURA TAMBIÉN PRODUCE MONSTRUOS

Grabado de Francisco de Goya.


Accedo con desgana a mi cuenta de correo electrónico. Encuentro cinco e-mails nuevos. Entre ellos tan sólo uno llama mi atención. Lleva por asunto “Postal de Meudon”. Lo abro y leo una solitaria frase en mitad de la pantalla: “Suelo visitar tu blog y he pensado que podría interesarte la postal que adjunto”. El correo termina con una firma en forma de R mayúscula. Examino la dirección de e-mail buscando el nombre del remitente, pero allí nada revela una identidad concreta. Abro el archivo adjunto con gran curiosidad y me encuentro con una antigua postal de Meudon. En ella puede verse un zeppelín sobrevolando la localidad francesa y, al fondo, en mitad del paisaje, el famoso acueducto. Famoso al menos para mí, ya que hace años le hice una foto sin saber que en 1928 el gran André Kerstez había inmortalizado aquel acueducto desde la misma calle y casi desde el mismo punto en el que yo me encontraba cuando lo fotografié. Observo durante un buen rato la postal en la pantalla del ordenador. Utilizo el zoom para escudriñar ciertos detalles. En la parte inferior de la postal leo que aquel zeppelín se llamaba “Republique”. Después imprimo la imagen, la recorto y la cuelgo sobre mi mesa de trabajo. Ahí están ahora el zeppelín y el acueducto, junto a otras muchas imágenes de esa localidad francesa en la que vivieron Wagner, Rodin o Celine, esa localidad francesa que aparece mencionada en libros como Rojo y negro de Stendhal, Mirar de John Berger o Hijos sin hijos de Enrique Vila-Matas, esa localidad francesa retratada por pintores como Vincent Van Gogh o Diego Rivera. Como si de un mosaico se tratase, retratos fotográficos de todos esos hombres se agolpan en la pared junto a fotografías y reproducciones de pinturas de Meudon. Ahí están todas esas imágenes, día y noche, velando por esa novela sobre Meudon que llevo varios años escribiendo y que parece no tener fin, pues es como un árbol del que no dejan de nacer nuevas ramas, y, por mucho que me empeñe en podarlo, brotan a tal velocidad que la tarea resulta tan inútil como monstruosa. Aunque ya se sabe, el sueño de la escritura también produce monstruos, y a veces ese sueño se ramifica convirtiéndose en la raíz que afianza todos y cada uno de nuestros actos. Pero no nos engañemos, es tan sencillo como complejo, a veces, al escribir, lo importante es cortar por lo sano.

(Sirva este post para agradecer a la enigmática persona que firma como R
el envío de esta maravillosa postal)


Fotografía de Andre Kertesz realizada en 1928.


Fotografía de Álex Nortub realizada en 1995.

domingo, 11 de noviembre de 2012

MI ÚNICO PLAN



Hace mucho tiempo que no encuentro ningún sentido a continuar actualizando este blog. Así es, ni el menor sentido. Y me he dado cuenta de que el hecho de que no encuentre ni el menor sentido a continuar actualizando este blog, es lo que en realidad me motiva a continuar actualizándolo. Si le encontrase algún sentido, una finalidad concreta, un propósito claro como el agua de un arroyo en primavera, creo que lo abandonaría mañana mismo. Pero así, sin encontrar el menor sentido a continuar actualizando este blog, continuaré actualizándolo hasta que, quizá, algún día, le encuentre algún sentido, y, entonces, sin el menor remordimiento, lo abandonaré como quien abandona una religión. Ese es el plan, mi único plan, un plan sinsentido, el plan de un simple plantígrado que por aquí planea.





jueves, 8 de noviembre de 2012

EL GRAN GUERIN ENTREVISTADO EN CULTURAMAS


Ayer leí una muy interesante entrevista al cineasta José Luis Guerin realizada por Hilario J. Rodríguez para Culturamas y hoy dejo aquí el enlace por si a alguien le apatece leer esas preguntas y esas respuestas que me han llevado a realizar este mínimo post sobre Guerin:
http://www.culturamas.es/blog/2012/11/05/entrevista-con-jose-luis-guerin/

martes, 30 de octubre de 2012

MI GRAN MESITA DE NOCHE (18)


1. Cristina Fallarás: No acaba la noche (Planeta, 2006)
2. Paul Léautaud: Recuerdos Ligeros (Menoscuarto, 2010)
3. Bruno Schulz: El sanatorio de la clepsidra (Maldoror, 2003)
4. Daniel Clowes: Caricatura (La Cúpula, 2009)
5. David Hockney: El gran mensaje (La Fábrica, 2011)
6. Henry Green: Viajando en grupo (Lumen, 2008)
7. Fernando San Basilio: El joven vendedor y el estilo de vida fluido (Impedimenta, 2012)
8. Mark Oliver Everett: Cosas que los nietos deberían saber (Blackie Books, 2009)
9. Manuel Vilas: Amor (Visor, 2010)
10. El exterminador hizo bien su trabajo, juicio contra William Burroughs (La Felguera,2010)


domingo, 21 de octubre de 2012

NUNCA SABRÉ LO QUE ERA


El otro día, mientras caminaba por el Barrio de Gracia, levanté la cabeza y me encontré con una placa en la que podía leerse Plaza de Gato Pérez. Hasta entonces yo no sabía que existía una plaza dedicada al músico Gato Pérez. Me acordé del misterioso bloguero Francis Black y realicé una foto de la placa con mi teléfono. A continuación, tras echar un vistazo a mi alrededor, fotografié una persiana metálica en la que alguien había pintado un gato y el sombrero y las gafas del músico. Después, cuando me disponía a fotografiar la plaza, un perro salió de la nada. Se me quedó mirando y ladró un par de veces. Intenté entonces alejarme de allí, pero el perro se plantó ante mí y continuó ladrando. Lentamente di media vuelta y decidí alejarme de la plaza por otro lado. Entonces el perro se apresuró a cortarme otra vez el paso situándose ante mí y gruñendo mientras mostraba sus dientes. Empecé a ponerme nervioso. Busqué con la mirada al dueño del perro, pero por allí no se veía a nadie. Le dije “tranquilo, bonito, precioso, que yo soy tu amigo”, pero su gruñido se acentuó. Más tarde, tras cinco minutos de completa inmovilidad, cinco minutos de mostrar sus dientes y gruñir intermitentemente, el perro dio media vuelta, ladró otras dos veces y se fue por donde había venido. Creo que algo importante quería decirme. Nunca sabré lo que era.


martes, 9 de octubre de 2012

HOTEL SIN HUESPEDES


Viajé hasta el supuesto hotel gemelo y no encontré nada. Ruinas, eso fue lo que hallé. El lugar en obras. Tierra, polvo, ladrillos. El lugar desnudo. Nada. Viajé hasta allí para nada. Y fotografíe esa nada. Y pregunté a los obreros que allí se encontraban sobre el hotel que hace años había en ese lugar. Y respondieron que no sabían nada. Nada de nada. Que ellos estaban allí trabajando, nada más, que le preguntase al capataz. Y le pregunté, claro que le pregunté. Pero me contestó lo mismo mientras me enseñaba sus dientes amarillos, dijo que no sabía nada. Y añadió además que me fuese por donde había venido. Fue entonces cuando fotografíe esa nada y me alejé de allí sin saber nada, aturdido, mareado al pensar que quizá la locura me había llevado hasta allí. Y poco más, nada más. Los hoteles del mundo son nidos de demencia, me dije a continuación. Prefiero regresar a casa, me dije después. Me voy, apuntillé. Y ahora escribo esto desde el hogar y desde la única habitación en la que me siento seguro, individual, con semblante azulado, persiguiendo estas palabras que otra vez corren sin darme tiempo a pensarlas.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

UN HOTEL DENTRO DE OTRO HOTEL


La fotografía que precede a estas líneas fue realizada por mí el pasado verano. Se trata de un hotel en el que pasé tres días del mes de agosto. La ciudad en la que está situado ese hotel carece de importancia. Lo relevante es el hecho de que el tiempo que pasé en el interior de ese hotel creí estar en otro hotel, un hotel en el que me hospedé hace seis años en otro país. Me iba a dormir cada noche con la sensación de estar en ese otro hotel y por la mañana me levantaba con esa misma y angustiosa sensación. Todo en el hotel de este verano me recordaba al de hace seis años. Las cortinas, las mesitas de noche, las lámparas, la cama, la moqueta, el cuarto de baño, con su ducha, su lavabo, sus dos focos plateados sobre un espejo de marco de nácar. Todo, todo me parecía exactamente igual. Llegué a pensar que podría haber en el mundo dos hoteles iguales, exactos, aunque en diferentes países, y que diese la casualidad de que me hubieran asignado la misma habitación en esas dos ocasiones. Pero pregunté al personal de hotel sobre ello y lo negaron una y otra vez mientras me observaban como se observa a un borracho taciturno o a una rata. Así que al tercer día abandoné el hotel. Busqué un hotelucho de mala muerte y me sentí como en casa. Pasé diez días más en la ciudad. Cada día, para ir al centro, debía pasar ante el hotel en el que esa extraña sensación de duplicidad me había asaltado. Un día le hice esa foto. Hay algo extraño en ella. No sé lo que es. La he observado durante horas y sé que hay algo, algo realmente extraño, pero no logro descubrir de qué se trata. Durante mi estancia en ese hotel también realicé fotos de la habitación. Hice cincuenta y siete fotos de los objetos y su espacio. Ahora me veo en la obligación de viajar al país en el que se encuentra el hotel en el que estuve hospedado hace seis años y, con todas esas fotos, comprobar si existen esos dos hoteles iguales, exactos, que parecen perseguirme. Hoy he sacado el billete de avión. Mañana sale el vuelo. Lo confieso: estoy nervioso y asustado. Tal vez no regrese nunca de este viaje. Tal vez yo sea parte de un hotel dentro de otro hotel.

jueves, 13 de septiembre de 2012

LEER BAJO TIERRA (Fragmento de una conversación con Pablo Gallo)

Pablo Gallo soñando con lectores de metro


El otro día estuve chateando con el dibujante y pintor Pablo Gallo.
Fue un chateo centrado en su próxima exposición en Barcelona,
que podrá verse en Pequod Llibres del 14 de septiembre al 14 de octubre.
Hoy dejo aquí un fragmento de esa conversación:

Tu próxima exposición en Barcelona lleva por título LEER BAJO TIERRA.
Sí, se trata de una serie de retratos de personas leyendo en el metro. Es una serie en la que he trabajado intermitentemente durante este año. Creo que siempre estará en proceso, si algún día la diese por terminada sería una serie inacabada. He realizado de momento unos 50 dibujos pero me gustaría hacer unos cien mil, convertirlo en una especie de inventario de lectores subterráneos. Quizá continúe durante mucho tiempo retratando intermitentemente a esa gente que lee en el metro, quizá hasta que me muera, cosa que espero que suceda dentro de muchísimos años o que no suceda nunca.

¿Eres también tú un lector subterráneo?
No, no, yo nunca leo en el metro, estoy demasiado ocupado observando a las personas que sí lo hacen. Tengo esa manía: siempre que subo a un vagón de metro busco a personas que estén leyendo. No viajo tranquilo hasta que una de esas personas aparece en mi campo de visión.

¿Y si no aparece ninguna?
Si hace falta recorro varios vagones hasta dar con una de esas personas. Es cuestión de tiempo, en el metro siempre aparece alguien con un libro entre las manos.

¿Y después? ¿Cómo continúa el proceso?
Observo con disimulo a la persona en cuestión durante unos minutos; me fijo sobre todo en la manera en que sus manos sujetan el libro y en la expresión de su rostro. Después fotografío a esa persona con mi teléfono móvil y, más tarde, en mi lugar de trabajo, realizo el retrato a partir de la imagen captada por el móvil.

Así que te conviertes en una especie de detective salvaje.
No exactamente, en realidad suelo imaginar que soy un asesino en serie, un asesino en serie de lectores de metro. Fantaseo con que les vigilo para acabar con ellos. Porque en el metro suele haber muy mala literatura, demasiado best-seller, demasiada novelucha histórica. Así que fantaseo con liquidar a esos lectores, que por otra parte son los responsables de que yo no pueda leer en el metro, pues siempre tengo que andar detrás de ellos y no me dejan ni un minuto de descanso. Aunque lo que en verdad me atrae de ellos a la hora de retratarles es verles ensimismados, absortos, como en otro mundo.

Podríamos decir entonces que esta serie de dibujos es fruto de una obsesión.
No hay duda, trabajo con lo que me obsesiona, las obsesiones son la mejor herramienta de trabajo que conozco. Tengo muchas obsesiones y nunca he tenido eso que llaman crisis creativa. Al contrario, creo que padezco de inspiración compulsiva, cosa que tampoco es buena, pues se suda mucho y termina uno el día muy mareado de tan inspirado que está.

Hablando de sudor, en todos estos retratos de lectores de metro juegas con esos chorretones que parecen dejar el dibujo inacabado, como si los personajes se estuviesen derritiendo.
Bueno, eso, casi sin darme cuenta, se ha ido convirtiendo en una especie de sello en muchos de mis dibujos. Pero cuando se trata de retratar a lectores creo que cobra mayor sentido, pues sus identidades parecen diluirse en las palabras que leen, están absortos en el texto, algunos tan concentrados que parece que vayan a desaparecer o a sufrir una combustión espontánea.

Entonces no es sólo un recurso característico de esta serie de dibujos que expondrás en Barcelona.
No, es algo que utilizo con frecuencia, supongo que le da cierta homogeneidad a lo que hago, pero no es algo sobre lo que haya reflexionado. Es otra obsesión, como la de trabajar en serie, desarrollar un idea y dibujar sobre ella hasta desfallecer, y al final todo está más relacionado de lo que uno pueda imaginar, todo pertenece a la misma construcción, a un laberinto en el que uno entró hace tiempo y del que ya nunca podrá salir.


lunes, 10 de septiembre de 2012

UNA DE LAS COSAS QUE MÁS DETESTO EN ESTA VIDA

 Pintura de Adam Albretch

Tener que levantarme a mear en mitad de la noche es una de las cosas que más detesto en esta vida. Me pasa sobretodo cuando bebo demasiadas cervezas; y durante este verano, con ese calor asfixiante que se adhería a la piel como si fuese una detestable sanguijuela, eso ha ocurrido con demasiada frecuencia. No sé cuantas cervezas puedo haber ingerido en los últimos dos meses, pero estoy seguro de que si pudiese conocer la cifra exacta me asustaría. Tras las cervezas, bien entrada la noche, me despertaban unas terribles ganas de orinar, acompañadas siempre por una descomunal desgana a tener que abandonar la cama. Pero finalmente me levantaba dando tumbos y, sin apenas abrir los ojos, meaba mientras soñaba con volver a situar mi cuerpo en posición horizontal. Aunque lo peor son esas noches en las que, tras levantarme a mear en mitad de la noche, regreso a la cama y no consigo volver a dormir. Entonces, en la más absoluta oscuridad, me digo que se acabó lo de beber cervezas sin ton ni son, que no volveré a hacerlo. Hasta que al día siguiente quedo con un amigo en un bar cualquiera y mi amigo me pregunta qué voy a tomar y no puedo evitar responder que lo que quiero es una cerveza bien fría. Cerveza a la que sigue otra cerveza, y otras muchas más, y así hasta que regreso a casa y llega ese momento de la madrugada en el que me digo que tener que levantarme a mear en mitad de la noche es una de las cosas que más detesto en esta vida.

Leopoldo María Panero fotografiado en pleno acto poético

domingo, 1 de julio de 2012

0


0. YA NO ESTOY AQUÍ (Basado en hechos reales)

Este es un post programado para que aparezca cuando yo esté muy lejos de este hotel, en alta mar, mirando  hacia el horizonte con cara de idiota, como si allí se me hubiese perdido algo realmente importante. No, ya no estaré aquí, no estaré sentado frente al ordenador portátil, no estaré mirando esta pantalla con cara de idiota, como si aquí se me hubiese perdido algo realmente importante. 
Y sé que en algún momento cerraré los ojos 
e intentaré no pensar en nada. 
Dejaré la mente en blanco, 
apagada,
durante un segundo.
Hasta que vuelva a arder.

sábado, 30 de junio de 2012

1


1. YA VEO LA LUZ
Estoy a punto de salir del agujero. Me siento como un boy-scout en su primer día de excursión. Después de pasar todo el año en la madriguera, por fin voy a ver la luz. Llevaré gafas de sol, muy oscuras, claro, de esas que se utilizan para ver eclipses solares. No quiero quedarme ciego al primer vistazo. Así que esto se termina, de momento. Este hotel cierra sus puertas un verano más. La temporada alta me la paso por donde yo me sé. Pero el 1 de septiembre estaré de nuevo aquí. Regresaré a mi agujero con nuevas experiencias en el bolsillo. Y caramelos y pastillas de colores para todos.



viernes, 29 de junio de 2012

2

Pintura de Edward Hopper

2. PERDER MUSEOS
Hay, entre otros, dos viajes que me apetece mucho hacer este verano. Uno será a Madrid, para ver las pinturas de Edward Hopper en las paredes del Museo Thyssen. El otro será a Bilbao, para ver las pinturas de David Hockney en las paredes del Museo Guggenheim. 
Viajar para ver pinturas y perder museos.

Pintura de David Hockney

jueves, 28 de junio de 2012

3


3. COMIENZO DE MALETA
Ayer me compré cuatro libros que nunca he leído. 
Al verlos en las estanterías de la librería en la que pasé media tarde, sentí que no podía pasar este verano sin leerlos. 
Ahora están en el interior de la maleta, cuando todavía no hay nada más dentro.
Mañana tendrán compañía. 





miércoles, 27 de junio de 2012

4


4. PARAÍSO FISCAL (casi un cuento)

La piscina en la que flota el sillón hinchable de color amarillo pertenece a un hotel de cinco estrellas. Sobre el sillón un hombre da un sin fin de sorbitos a un cóctel de piña. De vez en cuando mueve sus pies bajo el agua, los sacude de arriba a abajo haciendo que el sillón se desplace lentamente mientras oscila como si fuese una mecedora acuática. El hombre no sabe que en el fondo de la piscina hay una moneda de dos euros. Si lo supiera, es posible que bucease hasta allí para hacerse con ella. 
El hotel está situado en uno de esos países que se caracterizan por aplicar un régimen tributario especialmente favorable a los ciudadanos y empresas no residentes que se domicilien a efectos legales en el mismo, con ventajas que consisten en una exención total o en una reducción muy significativa en el pago de los principales impuestos. De pronto, el hombre que está sentado en ese sillón hinchable de color amarillo que flota en la piscina del hotel de cinco estrellas, se atraganta con un diminuto pedazo de piña. Empieza a ponerse nervioso. A toser. A intentar incorporarse. Se lleva las manos al cuello. Lo presiona con fuerza. Abre mucho la boca. Suelta alguna arcada. No deja de toser agitando todo su cuerpo. Suelta el cóctel dejándolo caer al agua, y, tras gesticular violentamente, sacudiendo sus brazos, también él termina por zambullirse. Entonces continúa agitándose mientras desciende hacia el fondo de la piscina. Una vez allí, en el fondo, ve un objeto brillante que por una milésima de segundo le hace olvidar que se está ahogando. 
En el mismo instante en que descubre que el objeto que brilla es una moneda de dos euros, recuerda las estrictas leyes de secreto bancario y de protección de datos que le ofrece el país en el que va a morir.




martes, 26 de junio de 2012

5


5. SÓLO PIENSO EN HUIR

Ya flota en el ambiente el afrutado aliento de la huida. Jadea en mi cogote su ritmo sincopado. En pocos días subiré a un barco que me llevará lo suficientemente lejos como para olvidarme de todo esto, o eso creo, o eso quiero creer, o eso es lo que me gustaría que sucediese cuando navegue mecido por la amnesia de esa ausencia.

lunes, 25 de junio de 2012

6


6. LA PREGUNTA DEL VERANO 

¿Puede uno escribir algo digno de ser escrito en pantalón corto y con el pecho al aire y observando cada letra a través de unos cristales oscuros y tecleando mientras duda continuamente de si lo que está escribiendo es algo digno de ser escrito en pantalón corto y con el pecho al aire y observando cada letra a través de unos cristales oscuros y tecleando mientras duda continuamente de si lo que está escribiendo es algo digno de ser escrito y continuar haciéndose esta misma pregunta hasta que el otoño se asome por el horizonte?






domingo, 24 de junio de 2012

7


7. MENOS SAMBA Y MÁS ROCK&ROLL

Para atravesar este verano voy a confeccionar una lista de canciones que sonarán en mi mp3 en cualquier momento del día o de la noche. Habrá de todo, aunque habrá menos samba y más rock and roll. Desde Tom Zé a la Velvet Underground, desde Gilberto Gil a Spacemen 3, desde Jobim a Bowie.Y mi esqueleto tiembla de solo pensarlo.


sábado, 23 de junio de 2012

8


8. TERRAZAS AL SOL DE MEDIODÍA

Hay una cosa que adoro en esta vida más que cualquier otra cosa que adore en esta vida: Las terrazas al sol de mediodía. Un vermouth y unas aceitunas, la brisa del asfalto quemando mi piel, el canturreo adolescente de las horas muertas tras las gafas de sol. Mi patria es cualquier terraza al sol de mediodía.


viernes, 22 de junio de 2012

9


9. VERANO EN LA PIEL

El verano me tiende su mano. Tararea con su cálida voz una canción que creía olvidada. Su melodía hipnotiza cada rincón de mi cerebro. El verano es una sirena que espera, flotando a orillas de ese abismo. Cierro lo ojos y muerdo su mano, envenenada.