domingo, 28 de noviembre de 2010

PLA & COMELADE


Estoy deseando ver en directo a Albert Pla y Pascal Comelade con la Petita Orquesta Somiatruites. Estarán en el Teatre Lliure de Barcelona los días 9, 10, 11 y 12 de diciembre. Este 27 y 28 de noviembre, en el Festival Temporada Alta de Girona. El otro día venía una entrevista en El Periódico con los dos músicos, puede leerse AQUÍ. A Pascal Comelade lo vi por primera vez en L´Espai en 1998 y por última vez el pasado mes de agosto en las fiestas de Gracia. A Albert Pla nunca le he visto en directo. El espectáculo que puedan montar los dos juntos sobre un escenario, promete!





martes, 23 de noviembre de 2010

TARIFAS DE LARGA DISTANCIA

pintura de Edward Hopper


El tren abandona la estación. Yo no voy en él. Veo como se aleja y después miro el billete, en mi mano. Debería ir en ese tren, me digo. Tengo un billete para ese tren pero veo como se aleja. He llegado tarde. Nada más llegar he visto como el tren se ponía en marcha. No he tenido tiempo de subir al vagón correspondiente. Ahora veo como se aleja y me digo que tenía un asiento en ese tren. Pienso en ese asiento vacío. Pasará el revisor y tal vez le extrañe que falte un pasajero. Ese pasajero que pude ser yo. Nadie más se dará cuenta. Tan sólo el revisor tachará mi asiento en su libretita. Mi asiento será un tachón en su lista de pasajeros. Me veo ya convertido en una tachadura de tres al cuarto, en una equis cualquiera. El tren se aleja. Sigo de pie, en el andén, observando su acelerada marcha. De vez en cuando miro también el billete, en mi mano. No sé que hacer con él. Hace un par de minutos tenía un valor, servía para algo. Ahora tan sólo es un papel inútil. No acabo de creérmelo. También es inútil mi situación: mirando el tren alejarse con el billete en mi mano. Parezco albergar cierta esperanza de que regrese. Pero sé que no lo hará. Se ha convertido ya en un punto imperceptible en mitad del horizonte. Me digo que aquel punto tenía un asiento para mí. Me digo que debería ir sentado en aquel punto imperceptible. Me digo que aquel punto debería transportarme a otro lugar, lejos de aquí. Eso pienso hasta que el tren desaparece por completo de mi campo de visión. El billete continúa en mi mano. Lo miro una vez más. Veo un papel inútil sumido en un gesto inútil. Sé que no muy lejos hay una papelera. Clavo mi mirada en ella con una inquina salvaje; la observo entornando mucho los ojos. Tan sólo debería dar cinco pasos, estirar mi mano y luego abrirla. El billete caería dentro. Sería muy fácil. La acción más fácil del mundo. Demasiado fácil para mi gusto. Así que doblo el billete por la mitad utilizando para ello la uña de mi dedo pulgar y la yema de mi dedo índice, presionando de manera longitudinal el pliegue que se ha formado al juntar los dos extremos del papel. Después lo introduzco en el bolsillo de mi pantalón mientras pienso en lo mucho que deseaba irme. Sólo eso. Marcharme. Poco más.

(Fragmento perteneciente a mi novela Tarifas de larga distancia)





pintura de Edward Hopper



viernes, 19 de noviembre de 2010

CUANDO EL INVIERNO LLAMA A LA PUERTA

pintura de Alfred Sisley


Cuando el invierno llama a la puerta me gusta observar pinturas en las que aparezca retratada la nieve. Esto es algo que nunca me apetece en otra época del año; nunca me apetece durante el verano o la primavera o el principio del otoño, tan sólo cuando el invierno llama a la puerta nacen en mí unas ganas locas, desatadas, imparables, de observar la nieve representada sobre un lienzo. Esto lo han hecho bien unos cuantos pintores (ya hablé por aquí del gran Alfons Walde), pero, para mi gusto, uno de los que mejor ha retratado la nieve es Alfred Sisley. Cuando el invierno llama a la puerta pienso a menudo en él, le imagino con su caballete en mitad de la calle, con un largo abrigo, guantes, bufanda, sombrero. Pintando la nieve mientras el vaho salía de su boca. Me lo imagino así. Pero pensando que seguramente no pintaba de esta manera, que haría algún boceto y realizaría después sus cuadros al calor de una estufa. Aunque me gusta más esa imagen, la imagen del pintor con su caballete en mitad de la nieve, con su mano temblando al plantar las pinceladas sobre la tela, tiritando como un diminuto animal asustado, con los copos venga a caer, cubriendo primero sus pies y poco después llegándole la nieve hasta las rodillas, y algo más tarde hasta la cintura, y a continuación hasta el pecho, y hasta los hombros, y hasta cubrirle la cabeza y sepultarle y congelarle junto a su último cuadro.
Sí, es cierto, no lo negaré, lo reconozco, soy un romántico empedernido.

(Por cierto, acabo de ver en la wikipedia que también Alfred Sisley deambuló por Meudon y retrató alguno de sus rincones)


pintura de Alfred Sisley



pintura de Alfred Sisley



pintura de Alfred Sisley




pintura de Ángel Mateo Charris




pintura de Maureen Gallace




pintura de Neo Rauch


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jueves, 11 de noviembre de 2010

UNA MESA CIRCULAR PARA VOLVER AL REDIL (o como afrontar una ruleta rusa)

(Fotografía dedicada a Francis Black y Viktor Kaplan)



Y también esta impresionante Russian Roulette de Pascal Comelade y la Bel Canto Orquestra:

viernes, 5 de noviembre de 2010

TENDIENDO PUENTES

Meudón, 1995. Por Álex Nortub


1.     Hace quince años hice una fotografía en Meudón (Francia), desde el piso en el que vivían mis abuelos.

2.     En la fotografía pueden verse varios edificios, tres coches y un puente.

3.     Recuerdo, siempre que visitaba a mis abuelos, plantarme ante la ventana de la cocina y mirar aquel puente esperando a que apareciese un tren.

4.     Años más tarde me topé otra vez con ese puente. Apareció en varias fotografías de André Kertész, en una exposición antológica en París.  Son imágenes que el insigne fotógrafo tomo en 1928 en Meudón, el pueblo natal de mi abuelo.

5.     En las fotografías de Kertész, en la parte derecha de las imágenes, se ve un edificio que hoy en día continúa en pie. En una de ellas vemos además a varios hombres caminando.

6.     Las fotografía de Kertész están sacadas a pie de calle. La mía desde un cuarto piso.

7.     Mi abuelo nació en 1908. Cuando Kertész hizo esa fotografía mis abuelos vivían ya en aquel piso. Tenían entonces veinte años y llevaban uno casados.

8.     En una de las fotografías de Kertész aparece un hombre en primer plano. Lleva un gran paquete bajo su brazo derecho. Es de tamaño rectangular. Podría ser un cuadro. Tal vez ese hombre fuese un pintor que conoció a mi abuelo. Tal vez André Kertész conoció a mi abuelo.

9.     La primera vez que vi la fotografía de Kertész, pensé que alguno de aquellos hombres que aparecen calle abajo podría ser mi abuelo. Lo comenté en la familia pero nadie dijo gran cosa. Cuando descubrí las imágenes de Kertész, mis abuelos ya habían fallecido.

10.  Releo los nueve puntos anteriores. Veo que estoy intentando tender puentes. No sé a dónde me llevarán.


Meudón, 1928. Por André Kerstéz


Meudón, 1995. Por Álex Nortub



OTRAS FOTOGRAFÍAS DE KERTÉSZ:








ALGO MÁS SOBRE MEUDÓN
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