viernes, 2 de julio de 2010

LA DESPEDIDA



El día en que supe de la existencia de Carla Morrison mi vida cambió por completo. No hablaré aquí de los detalles de tal cambio por considerarlos demasiado personales, pero es cierto que dicho cambio coincidió con la primera escucha de la voz de esta increíble cantante mexicana.
La canción era La despedida, un tema del disco Clandestino de Manu Chao que Carla versiona con una creatividad deslumbrante. Así que he elegido esta canción para despedirme.
Me voy. Lejos. Una temporada. Abandono este hotel que tan buenos momentos me ha brindado. Me voy hasta Meudón para reposar allí mi abatido pie. Creo que el regreso acontecerá en septiembre. Creo que volveré con más ganas de las que últimamente tengo. Creo que me hará bien detenerme, retroceder incluso, para más tarde saltar con mayor brío. Cuando mi pie se recupere por completo me apuntaré a clases de baile. Aprenderé a bailar Salsa, Bachata, Merengue, Cha-cha-chá, Tango, Vals e incluso Pasodoble. Fred Astaire a mi lado sería un lisiado. Gene Kelly a mi lado sería un patizambo. Seré una peonza humana. Dando interminables vueltas sobre un suelo que apenas rozaré. Hasta desmayarme y salir disparado sobrevolando los tejados de mi ciudad. Dando tumbos. tumb-tumb-tumb. Como un juguete estropeado. Como un juguete estropeado. Como un juguete estropeado. Que ya no tiene arreglo.
Adiós.


3 comentarios:

39escalones dijo...

Adiós, de momento, espero.

carmen dijo...

Hasta la vuelta.
Aquí estaremos.
Una rascadica de orejas a Matisse,y un mimo para tu pie.
Lo de Carla Morrison me ha sorprendido.
Saludicos.

ÁLEX NORTUB dijo...

Sí, Alfredo, será de momento. Volveré. No os librareis de mí tan facilmente.

Carmen, le daré una rascadita de tu parte a Matisse. Siempre lo agradece.

Bueno, ahora tengo que irme. Vuelo. Hasta pronto.