Louis-Ferdinand Celine en Meudon con tres adorables cánidos
"La generación beat americana lo descubrió, y Burroughs ha contado el viaje que en compañía de Ginsberg y otros poetas beatniks hicieron a Meudon para conocer a Céline. Encontraron a un hombre que vivía en las afueras del pueblo, en una casa algo cochambrosa, parecía muy enojado con todo, y se creía el mejor –aunque olvidado- escritor vivo de Francia. Encontraron a un viejo cascarrabias envuelto en una multitud de bufandas y chales, rodeado de una jauría de perros que parecían proteger la casa de las iras de los judíos de Meudon. A Céline no le interesaron aquellos jóvenes visitantes, pues ya sólo estaba interesado en él mismo. Cuando éstos jóvenes le preguntaron, por pura cortesía, si le gustaban los perros, contestó: “Nada, no me gustan nada. Los tengo por el ruido”.
Fragmento de El traje de los domingos, Enrique Vila-Matas.
Entrevista con Céline en Meudon:
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