Bruegel el viejo, La caída de los ángeles rebeldes
Ayer me tropecé de la manera más tonta. Ahora tengo una pierna escayolada y una herida leve en mitad de la frente. Ahora permanezco mucho tiempo sentado o tumbado y las horas parecen siglos que se encadenan sin fin. Ahora no sé que hacer con mi vida y reconozco que soy el peor enfermo del mundo. De la manera más tonta. Así sucedió todo. De una manera tan tonta que me da una vergüenza tremenda entrar en más detalles. Con decir que todo sucedió de la manera más tonta creo que todo está dicho. No hace falta más. No es necesario. Me pica. La pierna. Ahí adentro. Me pica de la manera más tonta y de la manera más tonta siento la imposibilidad de rascarme y de hacer frente a ese picor inmundo.
6 comentarios:
El Imperio romano cayó exactamente así. De la manera más tonta.
Saludos.
De la manera más tonta llego yo a esta página. Me engancha de la manera más tonta...como casi todas las cosas importantes
Bien cierto, Alfredo. Todos los imperios engordan y se vuelven patosos y terminan por tropezar de la manera más tonta.
Precipicios, me alegro de que hayas caído en esta página y te haya enganchado de la manera más tonta. Por aquí nos vemos.
De la manera más tonta te dan todo el tiempo del mundo y tu vas y no sabes qué hacer con él.
Abruma tener todo el tiempo del mundo, es demasiado tiempo como para saber qué hacer con él sin sentir un vértigo infinito.
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