martes, 9 de febrero de 2010

BREVÍSIMA REFLEXIÓN SOBRE EL LIBRO ELECTRÓNICO Y MI SENTIDO DEL OLFATO

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De momento no conozco a nadie que tenga un libro electrónico. Me parece muy bien lo del libro electrónico, un invento estupendo. Si el libro electrónico, en el futuro, consigue hacer desaparecer al libro de toda la vida -cosa que dudo mucho- también me parecería muy bien, estupendo. No tengo nada en contra de hacer desaparecer todo aquello que tenga algo que ver con la humanidad. Lo único que yo no veo bien es una cosa: resulta que a mí lo que más me gusta hacer cuando compro un libro es olerlo. Me encanta disfrutar de la mezcla de olores que casi cualquier libro desprende, el olor a papel, el olor a tinta, el olor al pegamento de su lomo. Cuando llego a casa con un nuevo libro bajo el brazo, lo primero que hago, mucho antes de abrirlo y leer unas líneas, es acercar mi nariz a sus páginas y pasarlas velozmente presionándolas con mi dedo pulgar. Olisquear un libro es para mí uno de esos estúpidos placeres que nos depara la existencia. Así que si el libro electrónico poseyese un botón que, al apretarlo, desprendiese ese olor a libro que tanto me gusta, todo estaría bien, estupendo. Creo que podrían seleccionarse incluso distintos olores, pues cualquiera sabe que no todos los libros huelen igual: olor a libro recién salido de la imprenta, olor a libro de segunda mano, olor a libro de viejo, olor a libro olvidado en un parque, olor a libro hallado en la basura. Pero si no es así, si el libro electrónico no posee ninguno de estos característicos olores, por mí se puede ir por donde ha venido.



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18 comentarios:

Beatrice dijo...

...olor a libro guardado en un gabinete de mi biblioteca: abro sus puertas de vidrio y el olor que emanan los libros es único, único...

Blog de prueba de victor 1 dijo...

Me ha gustado tu post... es cierto lo que dices, el olor de un libro provoca cierto romanticismo en quien lo lee, sobre todo si eres amante de la lectura. No obstante, creo que no siempre es necesario el olor y que, a veces, es posible prescindir de él. Por ejemplo, cuando viajamos, cuando estudiamos, cuando esperamos a alguien en una esquina...

Por otro lado, estoy seguro de que como dudas, el libro en papel vaya a desaparecer nunca... o al menos en un futuro relativamente cercano. Te invito a que leas mi opinión sobre este tema en mi blog Atrapando el sol.

Un saludo!

Moisés Morán dijo...

Una pregunta, cuando terminas una libro ¿con qué te quedas? ¿con su olor o con lo que has leído? He oído la misma explicación cuando hablan del libro electrónico, y creo que lo importante de un libro no es el olor, ni sabor. De un libro lo importante es su contenido, que te cautiva, que te enamora, que te hace viajar hacia lugares insospechados. Cuando un escritor escribe un libro no lo hace con olores, sino con ideas, metáforas, historias, mentiras, verdades, imágenes...y lo que le importa, es que lo lean. Saludos

39escalones dijo...

Uno, en su modestia, cree que un libro o una película son como una mujer (o un hombre) que nos pueda gustar, un compendio de muchas cosas que suman y, en ocasiones, restan. Creo que no sólo es cuestión de contenido, sino también de continente.
Eso sí, si el libro electrónico permite seleccionar olores, quizá yo elija el del jamón recién cortado o el del café recién hecho. O, incluso, una perversión, el de la gasolina.
Saludos.

ÁLEX NORTUB dijo...

Bueno, la mía es una refexión de andar por casa, más bien un chiste, una opinión que no pretendo que sea tomada en serio.
De todas manera, a mí, cuando leo un libro, me influyen agentes externos. Para mí no es lo mismo leer un mismo libro tumbado en la playa, en la sala de espera de un hospital o en casa sentado en un confortable sillón. Para mí un libro está hecho de muchas cosas. Para mí un libro puede variar según el momento en que se lea o el estado de ánimo del lector. Recuerdo libros no sólo por lo que hubiera escrito en ellos, sino también, además de por el olor que desprendían, por las diferentes circunstancias que acompañaron a su lectura.
Por otro lado, el olor a jamón recien cortado me haría salivar y tener que levantarme continuamente a picar algo. Y con el olor a gasolina me sería imposible ponerme a fumar un pitillito mientras leo. Quizá el de café recien hecho no estuviese mal. Aunque mi preferido sería el olor a tierra mojada tras una tormenta.
Gracias a todos por los comentarios.

Flavia Company dijo...

El olor de los libros... sí, es algo mágico, como el olor de las libretas, por estrenar, usadas, a medias. El olor del papel, de la tinta, de los dedos que se pasearon... ¿nostalgia?

ÁLEX NORTUB dijo...

Pues sí, estimada Flavia,
soy un nostálgico empedernido.
Y la nostalgia huele a tantas cosas
que es difícil no demorarse
en su escaparate de espejos.

´´ dijo...

El objeto libro no me entusiasma , claro que la pantalla menos, pero hay pocas editoriales que editen bien , Acantilado me gusta puedes doblar el libro y no se rompe , Anagrama de bolsillo da miedo es fácil ir perdiendo hojas. En muchos la letra es demasiado pequeña o falta información ,encontrar al traductor es a veces complicado , en otras el texto de la contraportada es una chorrada o directamente inútil , por no hablar de las referencias elogiosas entrecomilladas , la mayoría son de otra obra de ese autor no de la que quieres leer. Vamos que hay que cerrárselo más.

´´ dijo...

currarselo más

ÁLEX NORTUB dijo...

Muy de acuerdo, Francis.
Yo los que más ojeo y reojeo son libros sobre arte, y hay muchas editoriales que se lo curran.
La Tashen tiene algunas ediciones que quitan el hipo, y en calidad precio son inigualables.
Pero en literatura, en general, hay poco buen gusto. También es verdad que en literatura el contenido debería estar siempre muy por encima del continente.

´´ dijo...

Es eso lo que da rabia si tienes un buen contenido no te lo cargues por el continente. Ahora estoy haciendo un ciclo Fellini y este libro de Tachen me va perfecto , fotos , textos introductorios a la obra (para no especialistas ) filmografia completa , calidad de pagina...
http://tienda.dreamers.com/imagenes/22301.jpg

carmen dijo...

Esta visto, después de leer tu post y los consiguientes comentarios,leer y los libros que leemos depende de multitud de factores .
A mi a parte del olor(algo en lo que estoy totalmente de acuerdo contigo)es el sitio donde lees,el momento en el cual lo lees,depende de tantas cosas.....El mismo libro puede ser diferente según esas circunstancias.
A mi algo que también me encanta es el tacto del libro.
Recuerdo los libros de Austral que tenían el papel áspero y a mi me encantaba,como también recuerdo los primeros libros de Siruela, hace ya años por su agradable tacto.
Personalmente no me gusta el libro digital.
Saludicos.

Dillinger dijo...

Muy buena tu reflexión, con la que no puedo estar más de acuerdo. Saludos admirados y dillingerianos.

ÁLEX NORTUB dijo...

Tiene muy buena pinta ese libro de Fellini, Francis.

Carmen, a mi también me gustan muchas de la ediciones de Siruela, se lo curran bastante.

Dillinger, gracias por la visita, nos leemos.

Abrazos para todos.

Ivan Humanes dijo...

It smells like a flower!

ÁLEX NORTUB dijo...

yes, of course!

Pilar Esteban Ordorica dijo...

Por favor pudes cambiar el color de fondo de tu página, como es casi negro, las letras en negro no se ven muy bien y la primera impresión que causa al abril la página es de uy, lo dejo.
En cambio me parece muy interesante
Un cordial saludo y gracias

estíbaliz... dijo...

creo que ya se está investigando en eso, señor Nortub, en los olores repentinos emanando de cosas impredecibles. También hay laboratorios centrados en el subrayado electrónico, en el pliegue de hoja electrónica superior [sin que suponga doblar todo el libro] y en libros electrónicos aptos para el robo en grandes superficies comerciales.

Sin nustros vicios librescos no nos van a dejar, eso sí que no!