Pintura de Juan Sánchez Cotán
La semana pasada entré en el Mercat de l´Abaceria, situado en mitad del barcelonés barrio de Gracia. No pensaba comprar nada, tan solo tenía intención de pasear entre los diferentes puestos. Hacía años que no lo visitaba y me apeteció perderme un rato por sus pasillos. Los mercados siempre me han resultado misteriosos. Son como laberintos. Visito siempre los mercados de las ciudades a las que viajo. Casi nunca compro nada, pero me alivia comprobar que la gente sigue perdiéndose en los mercados. En un momento del paseo llamó mi atención el letrero de un puesto. Podía leerse “Frutas selectas” pero allí no había fruta alguna. Lo que en verdad vendían eran libros. Se trataba de ejemplares de segunda mano. Nada selecto en realidad. La mayoría eran infumables. Pero rebuscando entre enciclopedias y noveluchas históricas hallé un libro que despertó en gran medida mi curiosidad. Se trata de un ejemplar sobre el pintor barroco Juan Sánchez Cotán. Creo que es una joya y su precio era irrisorio. Sonreí al dar media vuelta y alejarme de allí. Poco después, ya en otro puesto y sintiéndome envalentonado, me compré un chorizo. Salí del mercado con un libro maravilloso y masticando un trozo de embutido. Por un momento me sentí el hombre más feliz del mundo.
6 comentarios:
Hace unos meses compré un libro de dudas ortográficas que se publicaba a modo de consultorio creo que en La publicitat a principios de siglo XX,Converses filològiques de Pompeu Fabra. Era una reedición, interesante. Yo si he de pasar cerca siempre me desvío por si encuentro algo.
Son momentos que molan.
Sí que molan. Mucho.
¡Gran adquisición! Voy a tener que fijarme más en esa parada siempre que pase por ese mercado. Y, de paso, en los embutidos.
Yo soy muy de embutidos. Los embutidos han sido muy importantes en mi vida. Sin embutidos no soy nada.
Amigo Alex, por ahí me dejaba caer yo en mis tiempos barceloneses. Cuando el menda vivía en el Carrer Perill (nada menos)
Qué grandes tiempos
Estimado Luis,
vivías entonces muy cerca del mercado. No hay nada mejor que vivir cerca de un mercado. Los mercados son pura vida. Qué vivan los mercados!
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