Fotografía de Miyazaki
En
Barcelona procuro mantenerme alejado de ciertos lugares. Por ejemplo de los lugares turísticos (que van en aumento y están cerca de conquistar la ciudad). Por ejemplo de Las
Ramblas. Me molestan sobre todo esos cientos de turistas que lo fotografían
todo sin llegar a ver nada. Da igual que se trate de una asquerosa paloma o de un
maldito mimo, la cuestión es apretar el disparador una y otra vez, sin
descanso. No lo soporto. No soporto tener que lidiar con mil y un objetivos
mientras camino por la calle. No soporto imaginar que aparezco en fotografías
que nunca veré. A veces me tapo la cara con la mano simulando rascar mi
entrecejo, aunque con frecuencia lo que hago es mirar hacia otro lado otro lado
cuando veo que una cámara apunta hacia donde me encuentro. Pero esto no sirve
de mucho. Mira uno para otro lado y, allí, en ese otro lado, aparece enseguida un
nuevo turista apuntándote con otra maldita cámara. Aunque suene disparatado,
creo que deberían prohibir llevar cámaras a los turistas. De la misma manera
que en el salvaje oeste el sheriff exigía a los forasteros entregar sus armas
para entrar en el pueblo, en Barcelona las autoridades deberían hacer acopio de
cámaras fotográficas en el aeropuerto y las estaciones. Hablo de las autoridades
sanitarias, esas que tanto advierten para otras cosas y olvidan la salud mental
del ciudadano que sale a pasear y se encuentra con toda esa impertinencia
fotográfica campando a sus anchas. Para poder utilizar una cámara de fotos en Barcelona, debería uno
llevar empadronado en la ciudad varios años o mostrar alguna acreditación como fotógrafo
profesional. Los turistas que fuesen cazados haciendo fotos serían multados al
instante, aunque las fotos las hiciesen con un teléfono móvil. No habría excusa. No
debería haber flexibilidad con esas normas. Para mí, todos esos turistas con
sus cámaras de fotos están a la altura de las personas que no recogen las heces
de sus mascotas y te obligan a caminar esquivando esas apestosas minas. En última
instancia, como escarmiento para turistas reincidentes, podrían ser azotados en
algún lugar público y, en casos extremos, utilizar incluso alguna de aquellas
antiguas máquinas chinas de tortura para hacerles entrar en razón de una vez
por todas.
St. Sebastian, pintura de Antonello de Messina
6 comentarios:
Me has recordado esta canción
http://www.youtube.com/watch?v=POZLIL7wgSM
Está usted demasiado pendiente de lo que hacen los demás, ¿no cree?
Eso es, Francis, crimen y castigo.
Estimado Anónimo, sí que lo creo, así es, siempre me ha gustado estar pendiente de lo que hacen los demás, de lo que pasa en el mundo, de lo que me rodea. Es un pasatiempo como otro cualquiera. Sí.
por el tono que usas se nota que realmente te crees mejor que todas esas personas que toman fotos cuando en realidad venís a ser la misma cosa. Tu escribes tu blog para que la gente te lea y te diga lo fenomenal que eres, ellos hacen fotos para colgarlas en el facebook y que la gente les diga lo fenomenales que son, pura y sucia egolatría. Eres un payaso y das grima y ese tono que te gastas es como para partirte la crisma cien veces pero ya. Pero vamos a ver, ¿tu quién cojones te crees que eres?¿Shakespeare?
Anónimo, siento haberte ofendido tanto. Discúlpame. Puedes estar seguro de que no era mi intención hacerlo. Siento también que no tengas sentido del humor y que el insulto fácil sea tu único argumento. Saludos.
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