viernes, 24 de abril de 2009

La vida secreta de los vencejos

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Recuerdo un árbol en mitad de un prado. Recuerdo a los vencejos revoloteando sin cesar. Recuerdo que era un día de mucho calor. Recuerdo tus chanclas amarillas. Recuerdo una extraña hebilla verde en tu cabello cobrizo. Recuerdo tu voz, explicándome la vida de los vencejos. Recuerdo que me contaste que son aves que pasan la mayor parte de su existencia en el aire. Que sólo se posan para poner los huevos, incubarlos y criar a sus polluelos. Que permanecen en vuelo ininterrumpido durante nueve meses al año. Que se aparean en el aire, como acróbatas celestes. Que las crías, una mañana, abandonan el nido de manera súbita, sin necesidad de aprendizaje alguno, y no retornan a él jamás. Que se alimentan de plancton aéreo, minúsculos insectos voladores que son atrapados mientras mantienen constantemente sus picos abiertos al volar. Que, de noche, se elevan hasta los dos mil metros de altura y allí, mientras continúan volando, duermen. Que durante el sueño, su aleteo se reduce de sus habituales diez movimientos por segundo a siete movimientos por segundo. Que, debido a tan extraños hábitos aéreos, todavía se desconocen muchos detalles de la vida de los vencejos.

Recuerdo que de repente te quedaste en silencio. Recuerdo que entonces nos miramos a los ojos. Recuerdo que al girarme derramé la coca-cola. Recuerdo que no le diste importancia. Recuerdo tus labios y recuerdo el beso. Recuerdo que me sentí como un aunténtico vencejo.

Recuerdo, también, que hacía ya mucho tiempo que no recordaba todo esto.


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7 comentarios:

carmen dijo...

Si tuviera que elegir alguna palabra para definir este trocito,diría;maravillosamente encantador.Saludicos

estibaliz... dijo...

nada hace sospechar esa vida en los vencejos, con esa palabra como despectiva que les han elegido para designarlos

B. dijo...

Me alegro de que lo recuerdes.
Yo tampoco lo he olvidado.
Ahora sé algo más sobre los vencejos.
Besos.

bambu222 dijo...

Estos vendejos deben saber mucho sobre la humanidad,están en todos los tejados aunque a veces los ignoremos.Está bien que sepamos que existen y esa información tan valiosa sobre su forma de vida,me ha encantado; como asocias tu recuerdo amoroso con su vida casi dando más importancia a estos,para recordarnos que no somos el centro del mundo.Saludos.

Pili R. dijo...

Oooooh Álex. Genial.

the dear Zé dijo...

Cheguei aqui pela primeira vez. Peço desculpa por entrar sem bater, assim com esta sem cerimónia.
Mas está-se aqui muito bem, é um sítio com muito para contar e apetece-me ver tudo.
Desculpa se me demorar por aqui, eu depois saio sem bater a porta e sem fazer barulho e vou tentar deixar tudo arrumado com encontrei.
E, se me deixarem, até é bem possível que volte.

E olha, saludos.

Álex Nortub dijo...

Gracias a tod@s por lo cometarios.

Querida B., me alegro de que no lo hayas olvidado.
A ver si nos vemos algún día y me cuentas algo más sobre los vencejos.
Besos.