Llevo una semana alimentándome de poesía y chocolate. Leo un poema de Wistawa Szymborska al día y, mientras lo leo, me como una onza de chocolate. No sé si es una dieta saludable, pero es mi dieta y, de momento, me sienta bien, tan bien como el hecho de dibujar círculos en el aire durante una tarde de domingo. El chocolate que tomo, me lo han traído de Venezuela y es de la marca Mis Poemas. Es un chocolate artesanal elaborado con cacao de Barlovento, seleccionado, fermentado y secado al sol, para resaltar su aroma y su sabor. Es producido en pequeños lotes sin aditivos industriales como vainilla, lecitina, o grasas vegetales. Utilizan pura manteca de cacao para garantizar su pureza. El cacao de Barlovento está considerado como uno de los mejores cacaos del mundo. Tomar una onza de ese chocolate mientras leo un poema de Wistawa Szymborska me da suficiente energía para pasar el resto del día en ayunas, sin probar bocado alguno. Mientras escribo esto, mastico el chocolate muy lentamente y leo un poema titulado Vermeer:
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Mientras esa mujer del Rijksmuseum
con esa calma y concentración pintadas
siga vertiendo día tras día
leche de la jarra al cuenco
no merecerá el Mundo
el fin del mundo.
9 comentarios:
Esa es la mejor dieta del mundo, sin duda.
A mí me sienta bien, pero se me esta acabando el chocolate. No sé que voy a hacer cuando se acabe, el chocolate Mispoemas es el mejor chocolate del mundo.
Mira que eres original.Nunca había oído que alguien pudiera alimentarse de un poema y una onza de chocolate al día.Lo probaré.Pero con
lo pequeñita que soy (1,58)no se si aguantaré.
El cuadro de Vermeer es una delicia,como todos los suyos.
Inquietante,más si cabe que la original,esa Balsa de la Medusa.No conocía a Vik Muzi,increíble.
Dulces Saludicos.
Come algo más que chocolate.....
Mi hermano ha ido varias veces a Venezuela, pero no me ha traído ese chocolate. Oye, prueba con Lacasitos e intenta en las tiendas de Comercio justo. Yo mañana lo intento, mientras tanto me voy a preparar un pedazo de litrona de chocolate. Ay, pedazo de mono me ha entrado.
Ya sólo me quedan dos onzas. Los lacasitos no me disgustan, pero no es lo mismo. Tengo que hacer algo.
Dicen que el chocolate engancha,tengo una compañera que le tienen que esconder las tabletas para que no se las coma,es adicta a esta maravilla.Perfecta la combinación de este bello poema y chocolate.Te envio una onza de beso.
Tu onza de beso me ha calmado, por ahora.
Estimado Alex, entiendo muy bien lo que te sucede porque nuestros días son largos y el chocolate espeso. Sólo puedo solidarizarme contigo y recomendarte que sigas la dieta de Zenón de Elea: parte una de esas dos onzas que te quedan en otras dos y así sucesivamente hasta vislumbrar -y partir- moléculas y átomos y quarks.
Puedo garantizarte que de este modo el chocolate no se te acabará jamás y gozarás del alimento espiritual del infinito derritiéndose en tus manos.
Es la solución que estaba esperando. Ya he empezado a partir las onzas, por ahora he realizado ya 428 trocitos. Mil gracias, Estíbaliz.
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