Ante una mesa. Agarrar una tijera. Construir el tiempo a base de recortes de papel. Empapelar los minutos con tijeretazos certeros. Dejar que la mano sueñe y los ojos contemplen el sueño. Ponerse un ridículo sombrero. Qué envidia.
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2 comentarios:
Cuanta simpleza ¿no?. Por algo se dice que la obra de Matisse tiene un efecto curativo en cuerpo y mente.
Te dejo un beso
Si señor.
Qué envidia.
Saludicos.
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