lunes, 19 de enero de 2009

La materia artizada (II): José Guadalupe Posada


Dos fotografías del escritor José Lezama Lima (Cuba, 1912-1976).
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Fragmento de un texto de José Lezama Lima titulado: José Guadalupe Posada, extraído de su libro La materia artizada (Editorial Tecnos, 1996)

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“El grabador mexicano, que está en la raíz de nuestra expresión, partía de un surgimiento anónimo, tanto que José Guadalupe Posada se debe más al hecho multitudinario que al rescate de su yo. Por eso Diego Rivera, en palabras que habrá siempre que repetir, dice: “Posada fue tan grande, que quizá un día se olvide su nombre, y está tan integrado al alma de México que tal vez se vuelva enteramente abstracto; pero hay su obra y su vida trascienden (sin que ninguno de ellos lo sepa) a las venas de los artistas jóvenes americanos.” El tequilero, los muchachos papeleros, los bailadores de jarape, Huerta y Zapata, los amantes, Doña Tomasa y Simón el aguador, los fifis, pasan como esqueletos inconmovibles, que no han olvidado la cotidianidad de su sonrisa. En sus ilustraciones, en la mejor época del corrido, su paralelismo con el hecho que las produce, es casi genial. A veces sus grabados me han recordado las ilustraciones de algunos libros de Raymond Roussel, particularmente El suicida. Su realismo, si es que esa palabra lo expresa, es como el punto invariable alcanzado por una forma de raíz muy soterrada, necesaria y fatal.

La sátira mexicana de los virreyes mal se libera del cenizoso quevediano, y al alzarse después el cantío de los corridos estaba todavía demasiado presionada por las jacarillas y la esqueletada de Posada. Pero la alegría de la verídica nueva expresión tiene un matinal sureño. Los hombres de la ciudad que pasan por las estancias oyen al hombre de la llamada con el canto. Se han inventado sus palabras necesarias, el facón para el cuchillo sudado, y el redomón para el potro de su costumbre. Parten de la pronunciación, del aliento que en cada tierra aspira y devuelve a su manera; parten de la pronunciación, no de la ortografía, y el idioma suena otra vez a clásico, en esa toma por asalto de sus palabras.”

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Grabados del artista mexicano José Guadalupe Posada:


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José Guadalupe Posada (México, 1852-1913) en la puerta de su taller de grabado.



1 comentario:

Anónimo dijo...

Este blog está que se sale, Alex. Es formidable. Un abrazo,
Luís