1) Ayer, domingo, en la masía en la que viven mis padres, que perteneció a mis abuelos, mientras comíamos, me contaron que habían hallado, en un cajón, el día anterior, sábado, una serie de negativos fotográficos. Los habían encontrado perdidos entre las páginas de un libro de botánica. Los habían observado a trasluz. Y habían visto lo que les había parecido una serie de paisajes. Me contaron también que suponen que deben ser los negativos de fotografías realizadas por mi abuelo Alain. Mi abuelo Alain recorrió medio mundo, y siempre llevo con él su cámara fotográfica. Mi abuelo Alain nació en Meudón, pueblo cercano a París (ya he hablado por aquí sobre los insignes artistas que residieron en Meudón, dejo el ENLACE para quien no lo sepa). A los 19 años se fue a Italia, a buscarse la vida, después, por lo que me han contado, vivió también en Grecia y en diversos países de Sudamérica. Tras hacer una pequeña fortuna al otro lado del charco, regresó a París. Allí conoció a mi abuela Terese, nacida en Barcelona. Se enamoraron y Terese convenció a Alain para vivir en Cataluña, en la masía en la que hoy viven mis padres, en la masía que perteneciera a los padres de mi abuela Terese.
2) Así que me traje a casa los negativos. Los escaneé a gran resolución y después, con el programa Photoshop, invertí el blanco y negro. Aparecieron entonces varios paisajes. Algunos negativos están bastante dañados y es difícil intuir siquiera qué se muestra en la imagen. Pero en otros, en cambio, aparecieron con bastante nitidez unos paisajes de los que nada sé. Como ya he dicho, supongo que son fotografías realizadas por mi abuelo Alain, pero no sé dónde o cuándo las llevo a cabo. No sé si cuando las llevo a cabo estaba sólo o acompañado, no sé si las realizó por alguna razón en especial, si eran lugares a los que se sintió unido o simplemente las realizó porque le gustaba fotografiar paisajes. Son paisajes de los que nada sé. Es extraño. Muy extraño. Encontrarme con la mirada de mi abuelo en estos negativos. Escenas que mi abuelo observó. Que llamaron su atención. Aquí está la mirada de mi abuelo. Sus ojos observaron estos paisajes que ahora yo también observo. Les echo un vistazo. Y otro. Los miro. Con atención. Son paisajes de los que nada sé.
4 comentarios:
Que bonito lo que cuentas de Meudón. ¿Es el mimo abuelo con el que ibas a coger rovellones al pinar ? Saludos
Yo tengo varios carretes sin revelar, no me atrevo a encontrarme con la mirada de quien los realizó.
Has sido atrevido o tal vez es que yo soy mu cobardica.
Post inquietante...
Marta
Yo creo que es valentía asomarse a una puerta que no se sabe qué va a deparar. Resulta extrañamente inquietante y emocionante.
reconozco esos paisajes
Publicar un comentario