lunes, 28 de septiembre de 2009

NO LOGRO ENTENDERLO

Frank Sinatra cantando
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Siempre escucho música mientras me ducho. Una vez casi me electrocuto por un descuido, desde entonces procuro que el aparato no esté cerca de la bañera. Preferiría no morir así. Me gusta cantar en el cuarto de baño. Hay allí una sonoridad que no encuentro en otro lugar de la casa. Cuando estoy en la ducha y canto me parece que no lo hago mal. Es el único lugar del mundo en el que me parece que no canto mal. En cuanto salgo de allí, en cuanto dejo atrás el cuarto de baño, enmudezco. Fuera de allí nunca canto. Ni siquiera silbo ni tarareo. Hasta me cuesta hablar. Suena tan bien mi voz en el cuarto de baño que quisiera que el mundo entero tuviera su sonoridad. Una vez, hace ya tiempo, en un ascensor con hilo musical me dio por ponerme a cantar algo de Sinatra. No he vuelto a repetirlo. Cuando la puerta se abrió una mujer me cazó cantando. Recuerdo que me miró como si estuviera loco. Por las mañanas, tras salir de la ducha, la música sigue sonando. También me lavo los dientes escuchando música. Me molesta mucho no poder cantar una estrofa que me gusta por tener el cepillo en mi boca. Procuro que el cepillado no coincida con ese momento. A veces me cepillo mal porque veo que se acerca esa estrofa que tanto me gusta. Quisiera poder explicarle todo esto a mi dentista cuando dice algo sobre mis caries. No me gusta, nada, que suene música mientras tengo al dentista encima, hurgando en mi boca. Creo que es el único lugar en el que detesto la música. Debería estar prohibido poner música en las clínicas dentales. Prohibiría también esa musiquita electrónica que ponen mientras uno espera que le atiendan al teléfono. Suelen ser composiciones famosas de gente como Beethoven o Vivaldi. Suelen hacer daño al tímpano. Una vez visité a un otorrinolaringólogo. Me fui de allí muy defraudado aunque me ayudara con un problema de oído. ¡No tenía música en su consulta! A día de hoy todavía no logro entenderlo.


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Consulta de un otorrinolaringólogo

4 comentarios:

Anónimo dijo...

breesol... queda como clave de verificación, y más parece un calentamiento de la voz. A mí sí que me miren raro, aquí en la ciudad hay lugarses donde la gente juega karoke en plena calle. Suena muy feo, se ve mal, nadie canta bien. Pero es muy divertido.

Un saludo,

39escalones dijo...

Podría ser peor, el otorrino podría tener puesto un hilo musical con grandes éxitos de ayer, hoy y siempre interpretados a ocarina...
Saludos.

Álex Nortub dijo...

1.Malvisto, una vez entré en un karaoke. No he vuelto a hacerlo. En aquella ocasión, hace ya muchos años, fui con unos cuantos amigos. Me gustaría volver. Pero no me atrevo a entrar solo. Y mis amigos se han vuelto demasiado serios.

2.Sí, Alfredo, es cierto, siempre puede ser peor, pero en aquel momento no podía yo imaginar algo peor. La imaginación es una arma de doble filo.

Saludos a los dos.

carmen dijo...

Me he reído un montón leyendo tus pinitos como cantante en el baño.
Yo no canto, pero a la hora de cepillarme los dientes hago toda clase de muecas mirándome al espejo.Eso me relaja un montón y me río de mi misma.Es una buena terapia.Lo de Claro de luna,la quinta de Beethoven,Las estaciones de Vivaldi y un largo etc,no las llegas a odiar de milagro, cuando te dejan colgado al teléfono escuchandolas hasta que alguien te atiende.
Ya es sospechoso,ya ,que en una consulta de un otorrino no haya música.No creo que todos los que allí acudan sean sordos.......
Saludicos.