martes, 8 de septiembre de 2009

LAS ESQUIRLAS DEL TIEMPO


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Durante los últimos tres meses, he pasado a menudo ante la que fue la casa de Catherine, hoy deshabitada. Catherine era nuestra vecina en Meudón, una muchacha pelirroja de la que yo, en mi infancia, estaba enamorado. Desde la casa de mis abuelos se veía su puerta. Durante los últimos tres meses me he parado a menudo ante la fachada de su casa, recordando las muchas veces que esperé verla salir por aquella puerta. Tras las cortinas de la habitación que compartía con mi primo Eloy, observando por una leve rendija, pasaba horas esperando ver aparecer a Catherine.

Y hace unas semanas, allí, parado ante la fachada de Catherine, me dije que aquello me parecía perteneciente a otra vida, que aquellos recuerdos no parecen pertenecer a la vida que vivo ahora, ni a mi infancia, sino que parecen corresponder a la vida de otra persona, a otra vida muy distinta a la mía.

Pero fue sólo un momento de debilidad.Enseguida me dije que sí. Que son fragmentos de mi pasado. Migajas del ayer. Las esquirlas del tiempo.



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2 comentarios:

carmen dijo...

Son momentos de nostalgia.
A mi me ha pasado muchas veces y me sigue gustando aparecer por sitios donde viví mi infancia y juventud,todos ellos lugares casi siempre donde pasaba mis vacaciones estivales.
Lo defines muy bien.
Son ,Esquirlas del tiempo.A veces también alguna en el corazón.
Saludicos.
n.

39escalones dijo...

Ya lo canta Sabina, que allí donde hay buenos recuerdos, donde se ha sido feliz, mejor no volver.
Saludos.