Cuento del libro Tras el pinar un grito:
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INCLEMENCIAS
Las inclemencias del tiempo le desanimaron a salir de casa durante todo el fin de semana. Así que, allí encerrado, se dispuso a llevar a cabo todo aquello que tenía pendiente. Pasó el fin de semana dispuesto, preparado, con la firme convicción de llevar a cabo todo aquello que había apuntado en un papelito cuadriculado: encolar la mesa de la cocina, tapar el desconchado de humedad del techo del cuarto de baño, arreglar el cajón de la cómoda, barnizar la nueva estantería, hacer limpieza a fondo en toda la casa, cocinar de manera abundante para no tener que hacerlo durante toda la semana, planchar la montaña de ropa que había sobre la mesa de la sala, comenzar a escribir el cuarto capítulo de la cuarta novela que intentaba escribir, cortarse las uñas de los pies.
Pasó todo el tiempo dispuesto, preparado, con la firme convicción de llevar a cabo todo aquello pendiente que había apuntado en un papelito cuadriculado. Y, al final, no hizo nada de nada. El fin de semana voló sin darse cuenta, ojeando, sentado en un rincón, catálogos de sus pintores preferidos. El domingo, ya de noche, unos segundos antes de meterse en la cama, mientras escuchaba como la lluvia seguía golpeando con insistencia la ventana de su dormitorio, miró con desagrado, casi con repugnancia, las uñas de sus pies, y, dispuesto, preparado, con la firme convicción de quien cree perder la cabeza, se echó a reír hasta quedarse roque.
4 comentarios:
Muy bueno.
También nos podrías enseñar el papelito, no?
Sí, no es mala idea Elena.
Para otra vez la tendré en cuenta.
Recuerdo la película de 1937 protagonizada por Charles Laughton, sobre la vida de Rembrandt. Magnífica.
Saludos.
Buen cuento. ¿Es lo que te ocurre los fines de semana? Lo digo por esa afición a mirar catálogos de pintores del protagonista... A mi me pasa algo parecido (aunque sin pintores), tantas cosas deseo hacer el fin de semana y luego el tiempo se me escapa como el agua cuando se escurre de las manos... Me gusta visitar tu blog, es muy interesante conocer las curiosidades de los pintores, incluso me dan ideas para algún cuento (que tengo anotado en un papelito como tarea pendiente el escribirlo un fin de semana de éstos...). Tus cuentos también me gustan, en fin, es un placer pasar por este hotel junto a la vía y recrearme con los trenes que pasan tras su ventana y las pinturas que cuelgan de su habitación.
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