Hace hoy catorce años que mi abuelo Alfredo murió de un ataque al corazón. Antes de ese último ataque que acabó con su vida, tuvo otros tres. A mi abuelo Alfredo le gustaba ir por la vida bien vestido, le recuerdo siempre con un traje impoluto y repeinado a lo Rodolfo Valentino. Tras el primer ataque al corazón le entró el miedo en el cuerpo. Pero su miedo no era tanto a morirse como a que hallasen su cadaver de cualquier manera, despeinado o vestido con un vulgar pijama. Así que, tras el primero de sus ataques, se acostumbró a dormir con traje y corbata cuando sentía el más leve dolor en su pecho. Todo aquello mi abuela Teresa se lo consintió sin apenas rechistar, planchándole por la mañana el traje con el que había pasado la noche. Era mucho lo enamorada que mi abuela estaba de mi abuelo, y mi abuelo de ella. Nunca les vi enfadarse, todo lo contrario, siempre con muestras de cariño y respeto mutuo . Hasta que una mañana, hace hoy catorce años, mi abuelo apareció muerto en su dormitorio. La tarde anterior había sentido cierto malestar, así que se metió en la cama con traje y corbata. Era aquel un traje nuevo, color gris perla, que le había comprado mi abuela Teresa un par de días antes. Un traje en verdad elegante. Un traje que a mi abuelo le había encantado. Un traje que estrenaba aquella misma noche. Un traje que, horas más tarde, con su eterna elegancia, luciría mi abuelo Alfredo en el tanatorio.
Fotografía policial que muestra el cadaver del campeón del mundo de ajedrez Alexander Alekhine tal y como apareció en una habitación de hotel de Estoril (Portugal).
4 comentarios:
qué preciosa historia, Álex, es genial lo de tu elegantísimo abuelo. Me ha encantado ese pundonor y me ha recordado a aquella chica Lynch que se pinta los labios antes de morir en accidente de tráfico. Un abrazo, Patro.
Gracias por tus palabras, Patro, un orgullo viniendo de quien ha escrito un libro como Manderley en venta, una joya.
Grande Alekhine, Cf6!
Impresionante historia, desde luego.
Un saludo.
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