viernes, 5 de diciembre de 2008

El detractor

El enano detractor, pintura de Juan Van der Hamen, 1626
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Aunque ya nadie se acuerda de mí, no hace mucho tiempo fui un escritor de éxito mundial.

Todo me iba muy bien, como la seda. Demasiado bien para mi gusto. Mis libros se vendían como los churros durante el invierno más frío. La crítica halagaba mis obras sin cesar. Halagos que sin duda me parecían desmedidos. Así que, harto de tanta injusta adulación, terminé por inventarme un detractor. Alguien que, difamándome, desde el anonimato, enviando cada día mensajes a periódicos y revistas literarias, hablase mal de mí. En definitiva, alguien que me pusiese a caer de un burro. Todo por el estricto sentido de la justicia que me caracteriza. Por equilibrar esta gran balanza que algunos llaman universo. No debería ser posible que a uno todo le vaya tan bien, como la seda. No debería ser posible que nadie hable mal de uno. No, este tipo de cosas, terroríficas donde las haya, no deberían ser posibles. Debería existir el oficio de Detractor Profesional, debería existir para cuando a uno todo le vaya muy bien, como la seda, y sienta que comienza a levitar, alguien le ponga los pies en el suelo.

Así que, al final, aunque lo mío me costó, conseguí hacer justicia. Al final, conseguí descuartizar, hundir y enterrar mi prometedora carrera literaria.

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Estudio de Inocencio X, pintura de Francis Bacon, 1954

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(siga el camino de puntos amarillos)

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(Puede leer usted, si lo desea, el primer comentario, anónimo, que he dejado en este post, y que tiene que ver con el detractor que esta semana se ha hospedado en este hotel y ha realizado unos cuantos comentarios en contra de mis textos)

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Bien, hoy sí, las cosas como son, hoy me ha gustado muchísimo. Este texto vale más que todos los anteriores juntos. Ya era hora de que habases de mí. Me has inventado hace tres días y aún no me habías mencionado. Si ya sabes que yo lo hago por tu bien, para que los comentarios que otros hacen no se te suban a la cabeza, que luego te quejas de la jaquecas un día sí y otro también. Hoy sí, de verdad, me ha gustado muchísimo. Aunque te has pasado tres pueblos con eso de que fuiste un escritor de éxito mundial o lo de hundir una carrera literaria que nunca has tenido. Pero por lo demás sí, hoy sí, me ha gustado muchísimo. Siento, en el alma, no poder desempeñar hoy mi trabajo como debiese. Prometo que no ha de repetirse. Cuando sea necesario, aquí estaré para difamarte, ofenderte o ponerte a caer de un burro.

Atentamente:

El Detractor Profesional de Álex Nortub

Anónimo dijo...

es de justicia

en libros o en blogs, señor Nortub, el éxito rutilante es de mal gusto. Como una foto quemada...

Anónimo dijo...

Señor Nortub,

Absorta como estoy, le digo: es usted el mandrake de las personalidades.

Pero tenga cuidado. Ojos anónimos pueden estar parpadeando una venganza.

Y qué haría usted con DOS anónimos?

ÁLEX NORTUB dijo...

Los mismo que haría con tres, cuatro, o veintisietemil doscientos treinta y cino anónimos. Nada. Serían bien hallados.

entrenomadas dijo...

Pues hay muchos, tanto como setas en el country.

He seguido las flechas con emoción.

Bien, bien.


M

ÁLEX NORTUB dijo...

Bien, bien, M.
Sí, así es. Si uno sigue algo, aunque sean puntos amarillos, debiera hacerlo siempre con emoción. Aaaah! la emocioooooón...
que recuerdos que me trae.

Kisses.

Anónimo dijo...

Su detractor no nos convence.

ÁLEX NORTUB dijo...

Me alegro. No hay que dejarse vencer por el convencimiento.

Oso Naranja dijo...

"Bien, hoy sí, las cosas como son, hoy me ha gustado muchísimo."
Es de temer que el Detractor Profesional esté del lado de uno. Ojo avisor, amigo Álex.
Saludos.

Anónimo dijo...

andás de blog en blog en caza de links. te encuentro en todas partes.

ÁLEX NORTUB dijo...

Oso naranja, estaré con los jos bien abiertos, como platos, de sopa o de alubias. Gracias por el aviso.

Así es Doni, no lo niego. Es más, como ya explique aquí hace tiempo, saltar de blog en blog y cazar links es parte de mi religión. Soy un gran cazador de links. Luego los diseco y, con regocigo, un regocijo antiguo, los observo en el hall de mi hotel. Y es que además, querido Doni, (esto lo digo susurrando) poseo el don de la ubicuidad.

39escalones dijo...

Trampa, trampa...
Ese señor detractor amarillo tiene desde hoy un detractor.
Saludos.